Cuando comencé a estudiar danza, todo fue una revelación. Creo que por primera vez en mi vida sentía mi cuerpo de esa manera tan potente. Aunque desde que era una niña pequeña bailaba cada vez que podía, en mi primer clase de danza me sentí abrazada por una energía intensa. Ahí comenzó una forma de conocimiento que ocurría entre los cuerpos y gracias a los cuerpos.
Aprendí muchas cosas en la escuela, pero siempre me llamó la atención lo poco que se incentiva a leer a quienes estudian danza, es como si bastara lo que ocurría en los cuerpos al moverse y expresarse y que eso fuera suficiente para comprender todo lo que la danza es.
Más tarda, al bailar y estar en compañías de danza, me quedó claro lo importante que es estudiar, leer lo que otras personas piensan sobre la danza, aprender sobre la vida de bailarines y coreógrafos. No quedarse con lo que la escuela escuela nos da como formación.
Existe la idea de que los procesos creativos se limitan a "expresar" lo que "sientes", pero la creación es mucho más compleja que esto, requiere saber qué se está discutiendo y haciendo en el campo de la danza, y en general en el arte. También importa mucho saber en qué mundo estás parado, es decir, ¿qué ocurre en mi país, en el mundo? ¿Quién soy/somos en este momento? Porque cuando creamos hablamos de lo que somos y del tiempo que nos tocó vivir.
Tuve la fortuna de trabajar con creadores que, al enfrentar problemas en la creación, acudían a los libros para encontrar posibles soluciones. Muchas veces les vi preguntarse, ¿cómo resolvieron otros los problemas que tengo en esta escena? Entonces, los libros dejaron de ser la cosa aburrida que sólo los "nerds" de la danza hacen y se convirtieron en compañeros fundamentales de mi vida en la danza.
Crear es un diálogo vivo con el presente y con el pasado. Somos seres sociales e históricos y esa idea del "artista genio" inspirándose en soledad no permite ver lo que realmente ocurre: todo acto creativo siempre es una acción colectiva.
Es aquí en donde los libros se vuelven muy importantes, porque de hecho, al leer estamos dialogando con quien escribe. Al leer, confrontamos lo que aprendimos con nuevos conocimientos. En ese diálogo que es todo libro atisbamos a los problemas creativos y las soluciones que otras y otros encontraron, de esta manera nuestras respuestas a problemas similares, no parten de cero.
El gran matemático y físico, Isaac Newton dijo alguna vez "voy sobre hombros de gigantes", para referirse que su conocimiento tenía como soporte los conocimientos de otras grandes pensadores que le habían antecedido. Por eso pienso que leer sobre danza es una forma de bailar con gigantes.
Y tú, ¿qué lees? ¿Con quién dialogas?